San José: Patrono de la Iglesia y Refugio en Tiempos de Herejía.

16.03.2024

Por el P. Fernando Albíter.

En un mundo cada vez más convulsionado por ideologías irracionales y corrientes de pensamiento que se oponen los fundamentos de la fe cristiana, la figura de San José emerge como un faro de fortaleza y protección para todos quienes porfesamos la verdadera fe de Cristo. San José es el Patrono de la Iglesia Universal, su ejemplo y su intercesión son más relevantes que nunca en tiempos de turbulencia y confusión espiritual.

En un mundo cada vez más convulsionado por ideologías irracionales y corrientes de pensamiento que se oponen los fundamentos de la fe cristiana, la figura de San José emerge como un faro de fortaleza y protección para todos quienes porfesamos la verdadera fe de Cristo. San José es el Patrono de la Iglesia Universal, su ejemplo y su intercesión son más relevantes que nunca en tiempos de turbulencia y confusión espiritual.

Su Santidad Pío IX, en el breve apostólico "Quemadmodum Deus" emitido el 8 de diciembre de 1870, declaró a San José "Patrono de la Iglesia Católica". Este reconocimiento papal formalizó y reafirmó la devoción que ya existía entre los fieles hacia San José como protector y patrono de la Iglesia Universal. Desde entonces, la figura de San José ha sido venerada y honrada de manera especial por los fieles en tiempos de necesidad.

San José fue elegido por Dios para desempeñar un papel fundamental en el misterio de la Encarnación. Como esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús, él desempeñó un papel crucial en la salvación del mundo pues Dios no encontró a nadie más sabio y fuerte que San José para proteger al Verbo encarnado y su Madre Santísima. Así como San José protegió a la Iglesia naciente en la Sagrada Familia, así la protege hoy en día, aún en medio de la tempestad de la herejía.

En tiempos de herejía y confusión, San José se convierte en nuestro refugio seguro. Él es el custodio de la Iglesia, el guardián de la fe, y su intercesión es poderosa ante el trono de Dios.

Lo que más se necesita en tiempos de herejía es valor para no acobardarse ante las amenazas de los enemigos, fidelidad completa la doctrina de Cristo a pesar de las confusiones sembradas por los hrejes y confianza total en Dios a pesar de los triunfos temporales y aparentes de los enemigos. En San José no sólo tenemos un abogado para alcanzar estas virtudes sino un el mejor maestro para enseñarnos cómo practicarlas.

En la vida de San José encontramos un modelo de obediencia, humildad y confianza total en la voluntad de Dios. A pesar de las dificultades y las pruebas, él permaneció fiel y obediente, confiando en la Providencia divina en cada paso del camino. Esta misma confianza y entrega a la voluntad de Dios es lo que necesitamos hoy en día para enfrentar los desafíos de una cultura secularizada y hostil hacia la fe.

Al acudir a San José en momentos de incertidumbre y desafío, encontramos consuelo y fortaleza en su ejemplo de fidelidad y confianza. Él nos enseña que, incluso en medio de la oscuridad, podemos confiar en la providencia amorosa de Dios y perseverar en la verdad de nuestra fe.

Que en estos tiempos de agitación espiritual, miremos hacia San José como nuestro modelo y protector. Que su intercesión nos guíe y fortalezca en la lucha por preservar y proclamar la verdad del Evangelio en un mundo que tanto la necesita. Que encomendemos nuestras preocupaciones y nuestras luchas a su cuidado amoroso, confiando en su poderosa intercesión ante Dios. San José, patrono de la Iglesia, ruega por nosotros.