Rescatando la Auténtica Esencia navideña: Adviento, el Verdadero Espíritu de la Navidad en Tiempos de Posmodernidad Pagana.

09.12.2023

En un mundo sumido en el resplandor superficial de las luces navideñas y el frenesí consumista, la Tradición Católica resplandece con una luz más antigua y profunda: el Adviento. Este tiempo litúrgico, a menudo eclipsado por el brillo efímero de la modernidad, se erige como el faro que guía a los fieles hacia las raíces mismas de la Navidad. Desde los tiempos más antiguos del cristianismo hasta nuestros tiempos, el Adviento le ha trazado al cristiano un camino hacia el niño Dios que va más allá de las festividades comerciales contemporáneas.

En este artículo, no solo exploraremos la historia, el desarrollo y la mística del Adviento, desentrañando sus enseñanzas para reavivar la llama de la auténtica celebración navideña entre los católicos fieles a la tradición, sino que también alzaremos la voz contra las prácticas paganas que han logrado infiltrarse en la celebración de la Navidad, incluso entre los mismos católicos.

Espíritu pagano de la posmodernidad.

En un desafío directo a las corrientes posmodernas que trivializan el Adviento en aras de la gratificación instantánea y el consumismo desenfrenado, recordaremos que la verdadera esencia de la Navidad reside en la preparación profunda del alma.

Nos enfrentamos no solo en una batalla contra la comercialización de esta sagrada temporada, sino también contra aquellos que, cegados por las luces brillantes del mundo, han permitido que las prácticas paganas socaven la espiritualidad genuina que el Adviento busca inspirar. ¡Cuántos cristianos viven el Adviento como un tiempo de excesos y pecado! Se suman incluso a la práctica paganizante de desear: "Felices fiestas", nada de fiestas, es "Feliz Navidad", porque el nacimiento del Salvador es un hecho crucial de la historia que debemos celebrar como la Iglesia lo ha hecho.

Historia del Adviento.

La historia del Adviento se puede considerar desde dos perspectivas: como un tiempo de preparación a través de prácticas de penitencia y como un conjunto de oficios eclesiásticos organizados con el mismo fin. Como señala Gueranguer, "El Adviento se puede considerar bajo dos puntos de vista diferentes: como un tiempo de preparación propiamente dicha al Nacimiento del Salvador, por medio de prácticas de penitencia, o como un conjunto de oficios eclesiásticos, organizados con el mismo fin" (Gueranguer, 1954; pág. 44).

En el corazón de la liturgia cristiana, el Adviento emerge como el punto de partida del año eclesiástico, guiando a los fieles en la anticipación de la venida de Cristo. Como señala Righetti, "todo comienza en la Iglesia desde la venida de Cristo" (Righetti, M. Historia de la Liturgia I). La historia del Adviento se remonta a las luchas de la fe en contra de los herejes que pretendían negar la divinidad de Cristo nuestro Señor, donde la organización de la liturgia romana comenzó a centrarse en la venida de Cristo.

Aunque inicialmente el año litúrgico comenzaba con la Pascua, la introducción de la fiesta de Navidad y la necesidad de una preparación adecuada condujeron al establecimiento del Adviento en torno a los siglos VIII-IX.

Mística del Adviento.

En palabras de Cabrol, "todo comienza en la Iglesia desde la venida de Cristo" (Cabrol: Dict. d'Arch. Et de Lit., L'Advent liturgique). Aunque hoy lo asociamos directamente con la preparación para la Navidad, su origen y evolución a lo largo de los siglos revelan una rica historia que va más allá de las luces y el bullicio consumista de la temporada contemporánea.

El término "Adviento" en la Iglesia latina se refiere al tiempo destinado a preparar a los fieles para la celebración de la Navidad. Como destaca Gueranguer, "En la Iglesia latina, se da el nombre de Adviento al tiempo destinado por la Iglesia para preparar a los fieles a la celebración de la fiesta de Navidad" (Gueranguer, 1954; pág. 43). Inicialmente, el concepto del "adventus" estaba asociado más a la segunda venida de Cristo que a la preparación navideña. Sin embargo, influencias galicanas en los siglos IV y V comenzaron a orientar el Adviento hacia una segunda Cuaresma, especialmente con San Gregorio de Tours en el siglo V.

La historia del Adviento se puede considerar desde dos perspectivas: como un tiempo de preparación a través de prácticas de penitencia y como un conjunto de oficios eclesiásticos organizados con el mismo fin. Como señala Gueranguer, "El Adviento se puede considerar bajo dos puntos de vista diferentes: como un tiempo de preparación propiamente dicha al Nacimiento del Salvador, por medio de prácticas de penitencia, o como un conjunto de oficios eclesiásticos, organizados con el mismo fin" (Gueranguer, 1954; pág. 44).

Práctica del Adviento.

La práctica del Adviento se centra en la recuerdo constante y ferviente del Salvador que viene en camino, la oración y la conversión del alma hacia Dios por una sincera confesión. Debemos imitar a nuestra Santa Madre Iglesia que durante este tiempo permanece a la expectativa del Salvador con el pensamiento fijo en su llegada. Como destaca Gueranguer, "Vigilancia. Debemos imitar a nuestra Santa Madre Iglesia que durante este tiempo permanece a la expectativa del Salvador con el pensamiento fijo en su llegada" (Gueranguer, p. 67).

En medio del ajetreo posmoderno y el enfoque en la gratificación instantánea, el Adviento resuena como un recordatorio enérgico de que la verdadera esencia de la Navidad se encuentra en la preparación del alma. Mientras la cultura contemporánea se sumerge en la vorágine del consumismo, el Adviento nos insta a resistirnos a la corriente de prácticas paganas, manteniendo viva la llama de la fe en el Salvador, la esperanza de su redención y la imitación de sus virtudes mediante la práctica sincera de la caridad. Este artículo, por lo tanto, no solo es una exploración histórica y espiritual, sino también un llamado apasionado a preservar la auténtica esencia del Adviento frente a la marejada posmoderna que amenaza con desdibujarla.

¡Crisitiano despierta! Vive la Navidad en su espíritu genuino y prepárate al nacimiento espiritual del niño Jesús en tu alma, mederando los placeres en medio de estas celebraciones y con el pensamiento fijo en el Salvador que está por nacer. Vivamos el misterio del Adviento.

El misterio del nacimiento de Jesucristo es a la vez simple y triple. Como destaca Pedro de Blosio, "Hay tres advenimientos del Señor, el primero en carne, el segundo al alma y el tercero en el día del juicio… La primera venida fue, pues, humilde y oculta, la segunda misteriosa y llena de amor, la tercera será resplandeciente y terrible" (Blosio citado por Gueranguer, p. 55-56). Este recordatorio trascendental nos invita a reflexionar sobre la esencia misma del Adviento, donde Cristo se revela de diversas maneras a lo largo del tiempo, desde Cordero sacrificial hasta Amigo rebosante de ternura, culminando en el León justo en el día del juicio.


Fuentes.

- Cabrol: Dict. d'Arch. Et de Lit., L'Advent liturgique.

- Righetti, M. (1955). Historia de la Liturgia I. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.

- Pascher, J. (1965). El año litúrgico. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.

- Gueranguer O.S.B., Dom. Prosper. (1954). El Año Litúrgico – I Adviento y Navidad. Burgos: Editorial Aldecoa.