La importancia del afecto en el desarrollo infantil. El apego:un nuevo concepto que nos puede ayudar en la educación de nuestros hijos. 

06.04.2024

EDUCACIÓN Y FAMILIA


El hijo a quien se le niega el amor o no se le demuestra lo suficientemente, puede ser más desdichado que aquel que no tuvo alimentos o vestidos en abundancia, detalle este que suele escapar a la comprensión de muchos padres
P. George A. Kelly.

Por el P. Fernando Albíter y la Lic. Angélica Albíter.

En su Manual del Matrimonio Católico nos dice el P. George A. Kelly: "Tu hijo debe estar siempre seguro de tu afecto. Debes mostrárselo de la manera que más convenga a su carácter. El hijo a quien se le niega el amor o no se le demuestra lo suficientemente, puede ser más desdichado que aquel que no tuvo alimentos o vestidos en abundancia, detalle este que suele escapar a la comprensión de muchos padres".

En el maravilloso viaje de la educación infantil, cada paso que damos deja una huella profunda en el corazón y la mente de nuestros niños. En esos primeros años, donde todo es nuevo, emocionante y a veces abrumador, es crucial que como padres y educadores entendamos cómo se forman esos lazos emocionales que acompañarán a los pequeños a lo largo de su vida. Es aquí donde entra en juego la teoría del apego, una idea poderosa que nos ayuda a comprender la importancia de las relaciones afectivas en el desarrollo de los niños.

En este artículo queremos explicar brevemente la teoría del apego para proporcionar una herramienta que nos ayude a comprender mejor las causas de una educación verdaderamente católica que logre, como dice Pío XI: "la formación del hombre tal cual debe ser y como debe portarse en esta vida terrena para conseguir el fin sublime para el cual fue creado".

Entendiendo el apego.

El concepto de apego, acuñado por el renombrado psiquiatra británico John Bowlby, se refiere a ese lazo especial y profundo que los niños desarrollan con las personas más cercanas y significativas en sus vidas, generalmente sus padres o cuidadores principales. Es como una cuerda invisible que los conecta con quienes los aman y los cuidan, proporcionándoles seguridad emocional y un sentido de pertenencia en el mundo.

A pesar de ser una teoría, el apego es un fenómeno real que podemos percibir en el desarrollo del niño. Lo que la teoría hace es tratar de explicar esta realidad. A base de estudios, análisis y experiencia, se ha podido avanzar mucho en la comprensión del vínculo entre padres e hijos, gracias a lo cual se han podido abordar y entender mejor los diversos problemas mentales que aquejan a la humanidad.

Los especialistas han observado que hay diversos estilos de apego: apego seguro y apego inseguro, el cual se divide a su vez en tres, apego evitativo, apego ansioso-ambivalente y apego desorganizado. Aquí ofrecemos una síntesis que muestra lo esencial a cada tipo.

1. Apego Seguro. Es cuando los niños se sienten seguros y cómodos con sus padres. Saben que pueden explorar el mundo, pero también confían en que sus papás estarán ahí cuando los necesiten. Se sienten queridos y apoyados.

2. Apego Evitativo. Los niños no muestran mucha cercanía emocional con sus padres. Pueden parecer independientes y no buscar mucho contacto con ellos. Esto puede ser porque no se sienten muy seguros o cómodos expresando sus emociones o acudiendo a ellos en sus necesidades.

3. Apego Ansioso-Ambivalente. En este caso, los niños pueden sentirse muy apegados a sus padres y preocupados por estar cerca de ellos todo el tiempo. A veces, pueden tener miedo de que sus padres los dejen. Esto puede hacer que se sientan un poco ansiosos o inseguros.

4. Apego Desorganizado-Desorientado. Los niños pueden sentirse confundidos sobre cómo relacionarse con sus padres. Pueden mostrar comportamientos extraños o impredecibles cuando están con ellos. Esto puede ser porque no están seguros de cómo sus padres van a reaccionar.

Estas breves explicaciones son solo breves acotaciones para tratar de entender el vínculo entre padres e hijos. En artículos posteriores abordaremos con mayor profundidad las causas y los efectos de cada estilo

La trascendencia del apego en el desarrollo infantil.

La conexión del niño con sus educadores es un elemento de los más influyentes en su desarrollo natural, pero no por eso debemos darle menos importancia desde el punto de vista sobrenatural. No perdamos de vista que la gracia divina no destruye la naturaleza, sino que la supone. Esto quiere decir que los niños con un apego desordenado pondrán más obstáculos al impulso de la gracia debido a los problemas emocionales que vienen arrastrando desde niños, jamás olvidemos que somos un compuesto de alma y cuerpo unidos estrechamente.

Los niños que experimentan un apego seguro desde una edad temprana tienden a ser más seguros de sí mismos, más capaces de regular sus emociones y más resistentes a los desafíos naturales y sobrenaturales que enfrentan a lo largo de la vida. Por otro lado, los niños que experimentan un apego inseguro o inestable pueden enfrentar dificultades en la construcción de relaciones saludables y en el desarrollo de una autoestima positiva.

Esto no quiere decir que el apego sea un determinante absoluto de la conducta en la vida adulta. El apego es solo un factor del desarrollo; a pesar de su gran importancia, el hombre puede ir generando las herramientas que le ayuden a superar las deficiencias de la educación recibida.

El hombre no pierde su libertad, puede decidir a lo largo su vida cómo afronta las situaciones que se le van presentando. El apego influye pero no determina. Un apego inseguro le priva de las herramientas que le faciliten el desarrollo sano, pero no lo privan de las fuerzas para salir adelante, en ese hecho está la esperanza de poder ayudar a cualquier persona en su desarrollo o en el tratamiento de algún trauma.

El papel fundamental del cuidador en la formación del apego.

Los padres y cuidadores generan una especie de apego en el niño, lo quieran o no. Cuando los cuidadores responden de manera consistente a las necesidades afectivas y espirituales del niño, establecen una base sólida para el desarrollo de un apego seguro, capacitando al niño para tener un desarrollo sano, como quiere S.S. Pío XI en la encíclica que citamos al inicio del artículo.

Esto significa ser prestar mucha atención al niño, brindar consuelo y apoyo cuando sea necesario, creando un entorno emocionalmente seguro en el que el niño pueda explorar y aprender. Si bien lo analizamos, esto lo realizaron perfectamente los santos que sobresalen por sus admirables métodos pedagógicos. San Juan Bosco, San José de Calasanz, San Ignacio de Loyola y tantos otros.

Algún educador puede tener reparos en aceptar esta teoría que trata de explicar el vínculo necesario entre padres e hijos. Sin embargo, no podemos negar que tanto esta teoría como la Pedagogía Católica llegan a las mismas conclusiones: un elemento necesario en la educación es el cariño y afecto hacia el niño, que se logra más con suavidad que con rigidez y que el mandamiento máximo del Evangelio es la caridad en todos los ámbitos, incluyendo el educativo.

Conclusión: Sembrando las semillas del futuro.

En última instancia, cultivar un apego seguro en la infancia es como sembrar las semillas de un futuro brillante y lleno de caridad. Cada interacción, cada abrazo, cada momento compartido con un niño es una oportunidad para fortalecer ese vínculo especial que marcará su vida para siempre. Al comprender la importancia del apego en el desarrollo infantil, podemos brindar a nuestros niños el amor y la seguridad emocional que necesitan para crecer y prosperar en un mundo en constante cambio.

Uno de los aspectos fundamentales del Modernismo es el sentimentalismo religioso. Ese sentimentalismo es malo, no porque el sentimiento sea algo malo, sino porque se le asigna una función que no tiene, el modernista quiere que en las cosas de fe nos guíe el sentimiento y no la razón. Un remedio eficaz contra el modernismo de la pedagogía es la educación del sentimiento en los principios tomistas del afecto humano, que explicaremos en artículos siguientes de esta sección.


Referencias.

Pío Xi (1929). Divini illius magistri. Online Papal Archive of the Vatican.

Llorente, D. (1948). Curso teórico-práctico de Pedagogía. Edit. Casa Martín

Kelly, George A. Rev. (1961). Manual del Matrimonio Católico. México, D.F.: Trillas.

Estapé, M. R. (2021). Encuentra tu persona vitamina. Espasa.

Siegel, D. J., & Payne, T. F. (2022). El cerebro del niño. Vergara.

Bowlby, J. (1969). El vínculo efectivo. Paidós.

Bowlby, J. (1998). Apego y pérdida 1. El apego. Barcelona: Paidós