LA IGLESIA PROFUNDA II. Por: JM López Vega

22.02.2023

La "iglesia profunda" es un término utilizado para designar a los grupos que conspiran desde el interior de la Iglesia y generalmente en la oscuridad, con el fin de destruirla, o al menos, controlarla. En la Parte I de este blog se habló de dos grupos o "mafias" con mucho poder, que han influido en la toma de decisiones vitales para la Iglesia: "La Mafia de Lavanda" y la "Mafia de San Galo".

Es esta segunda parte se tratará el tema de la Masonería, que tiene un gran poder y alcance en las decisiones de la Santa Sede.

3. La masonería dentro de la Iglesia.

La masonería es una secta secreta que tiene como fines la destrucción de la iglesia y hacerse del gobierno mundial. Es secreta porque se ocultan en la oscuridad para tramar sus acciones, y porque exige silencio absoluto de sus miembros, que puede castigarse hasta con la muerte. Pero también es secreta para los mismos masones, pues esta asociación trabaja con grados o niveles, que son desvelados conforme el iniciado avanza en su programa. Los verdaderos fines son descubiertos cuando ya el masón ya ha profundizado en sus creencias, y está más comprometido con la secta.

Se presenta como una sociedad filantrópica, que tiene por objeto el perfeccionamiento moral de la humanidad, pero en realidad se trata de todo lo contrario.

El Magisterio de la Iglesia ha analizado en detalle toda la doctrina de la masonería y la ha condenado tajantemente. De hecho es la secta que ha recibido más condenas, alrededor de 200, entre ellas, al menos diez encíclicas, siendo la más destacada "Humanum Genus", del papa León XIII, 20 de abril de 1884.

Hablar de la masonería en la iglesia no es un tema sencillo: a) por el secreto que deben guardar quienes pertenecen a ella, los que hace que sus planes y acciones sean en su mayoría desconocidos para el público en general, (aunque disponemos de muchos documentos que la analizan y condenan); b) por el misterio que guarda y el simbolismo que utiliza, incomprensible para la mayoría de nosotros, y c) por las consecuencias que puede implicar para quienes hacen las denuncias.

No es el propósito de este artículo profundizar en la naturaleza de la masonería, sino de analizar su infiltración en la iglesia católica y algunas de las consecuencias actuales.

Porque el hecho de que la masonería ha entrado en la iglesia vaticana es un hecho innegable, que sacerdotes, obispos y cardenales han participado y participan en las logias masónicas, hay suficiente información, y que la iglesia actual está compartiendo los mismos fines masónicos, es evidente.

Ya se mencionaba al inicio que el fin principal de esta organización secreta es destruir la Iglesia Católica, pero nos interesa el cómo, es decir, cuáles son los planes para lograrlo. Los ataques directos no son su principal estrategia, sino la infiltración; insertar masones en el aparato eclesiástico con apariencia de buenos católicos, o bien, reclutar miembros del clero e ingresarlos en la masonería.

La masonería, desde el principio, intentó involucrarse en la Iglesia, para pervertir su doctrina y desviarla hacia los errores doctrinales y pastorales, con la intención de demolerla desde dentro. Hay un plan establecido desde el inicio de la masonería moderna, y publicado en un texto corto titulado "La Alta Venta". En este documento aparecen con toda claridad los planes masónicos. Escribe Juan Suárez Falcó[1]:

En la Alta Venta se establecía un plan para infiltrar la Iglesia católica, colocando a masones en los seminarios, para que, con el tiempo, fueran ordenados sacerdotes y escalando hasta el obispado y el cardenalato, subvirtiendo con modernismo la doctrina católica desde los altos puestos de la Iglesia. El objetivo final era lograr que alguno de ellos llegara, algún día, a la Silla de Pedro, para, desde ahí, demoler la doctrina católica, desviándola hacia la apostasía general, y obligando a toda la Iglesia a seguir hasta el Infierno a ese falso profeta, bajo la bandera de la obediencia debida al "Papa".

Entre otras cosas, ese Documento decía: "… Es un deber de las sociedades secretas hacer el primer ataque a la Iglesia y al papa, con el objeto de conquistarlos a los dos... Necesitamos un papa para nosotros, si tal papa fuera posible. Con ese papa marcharemos de forma más segura al asalto de la Iglesia, que con todos los libritos de nuestros hermanos franceses e ingleses"

"En un plazo de cien años…los obispos y sacerdotes creerán que están marchando detrás de la bandera de las llaves de Pedro, cuando en realidad estarán siguiendo nuestra bandera… LAS REFORMAS TENDRAN QUE SER INTRODUCIDAS EN NOMBRE DE LA OBEDIENCIA"

Estos planes parecían imposibles en la época de los papas Gregorio XVI. Pero tanto él como los papas Pío IX y principalmente León XIII insistieron en que se diera a conocer este documento, a fin de que los católicos tomaran las medidas pertinentes para evitarlo.

John Vennari[2], analizando el mismo documento, señala tres medios inequívocos para reconocerlo:

1) Se produciría una revolución de tal magnitud que el mundo entero se daría cuenta de que la Iglesia Católica ha sufrido una gran revolución en línea con las ideas moderna. Sería evidente para todos que una "mejora" se habría producido.

2) una nueva teología se introduciría que contradiga las enseñanzas anteriores.

3) Los masones alardearían su triunfo de cloqueo creer que la Iglesia Católica había finalmente "visto la luz" en puntos como el pluralismo, el Estado laico, la igualdad de las religiones, y cualquier otro compromiso que habían sido alcanzados.

Asustan estos criterios para identificar el éxito de la masonería, pues aunque no son predictivos -por el año en que fueron escritos-, sí son indicadores válidos para determinar si se han alcanzado los objetivos.

Objetivamente hablando, si aceptamos como válidos esos criterios, tenemos que admitir que la masonería ha tomado el control de la iglesia oficial, pues estos tres puntos ya son una realidad: tenemos un concilio para modernizar la iglesia (Vaticano II) una nueva teología, que ha cambiado lo sobrenatural por lo natural y mundano, y la masones ya declaran que por fin la Iglesia se ha dado cuenta de su error.

Desde luego, desde hace varias décadas se ha trabajado para que la iglesia elimine sus condenas a la masonería, especialmente la pronunciada por el Papa León XIII[3].

Al conocer la naturaleza de la masonería y sus planes, la Iglesia actuó inmediatamente condenándola y proponiendo los remedios necesarios para combatirla.

Las condenas iniciaron en 1738. El primero que lo hizo fue Clemente XIII, luego Benedicto XIV, Pio VI, León XIII, Pio X y Pio XI. La constante en sus condenas es afirmar que UN CATÓLICO NO PUEDE SER MASÓN, por ser la masonería, el ENEMIGO CAPITAL DE LA IGLESIA CATÓLICA.

Así como San Pío X desenmascaró todos y cada uno de los errores del modernismo en su encíclica Pascendi Dominici Gregis, así lo hace el Papa León XIII con la masonería en Humanus genus, donde analiza punto por punto la doctrina masónica, descubre sus errores y propone los remedios correspondientes que incluyen: la indicación a toda la iglesia de desenmascarar la masonería, el fortalecimiento de la educación religiosa, el trabajo con asociaciones obreras y patronales y la educación de la juventud.

En síntesis, el cristianismo y la masonería son incompatibles. Nadie puede ser católico y masón a la vez. Los masones que dicen ser católicos, están fuera de la iglesia, excomulgados Latae sententiae, lo que significa que es automática su separación de la iglesia.

Es indudable el poder de esta organización que opera en todo el mundo y en diferentes campos sociales, principalmente en el político y el económico. Una prueba incontrovertible de su poder fue su papel en la independencia de los estados americanos, cuyos movimientos de liberación de la autoridad de España fueron planeados en las logias y dirigidos por masones. Son hechos históricos comprobables. Y en ese entonces el problema no era exclusivamente el lograr mayor poder político y económico en estos países, sino el quitar la influencia de la España católica sobre sus colonias.

En la historia de México desde su independencia hasta la actualidad un común denominador en sus presidentes es que han pertenecido o pertenecen a la masonería. Quizás no todos, en todo caso, la mayoría. Andrés Manuel López Obrador, actual presidente de México, sí lo es. Según Luis Rocha Noticias[4], López Obrador es masón y de alto grado. Se inició en la "Gran Logia de Tabasco Restauración" y mantiene sobre la credenza de su oficina "La Espada Flamígera", artículo simbólico que solo pueden tener los jefes masones.

El campo religioso también forma parte de sus ámbitos de acción. Por cierto, los primeros documentos de la masonería moderna fueron elaborados por miembros de las iglesias protestantes.

Sin lugar a duda las sectas masónicas operan dentro del Vaticano desde el S. XVIII. Los escándalos producidos, la filtración de algunos documentos relacionados con la masonería, y la labor de historiadores y periodistas, dejan en claro su existencia y sus actividades.

De manera probatoria presentamos tres hechos

  • La lista Pecorelli[5]. Con fecha 12 de septiembre de 1978, el periodista Mino Pecorelli (un masón arrepentido de la Logia P2) publicó en su revista OP-Osservatore Politico un artículo titulado La gran logia vaticana. La lista incluía cardenales, obispos y sacerdotes –principalmente italianos- pertenecientes a la masonería. Todos masones y con funciones de primera importancia en el Vaticano.
  • La elaboración del Novus Ordo. Juan XXIII puso un par de masones a la cabeza de la Comisión para la Reforma Litúrgica: al cardenal Anibal Bugnini, y a Virgilio Noe. La lista Pecorelli los señala como masones.

Los dos ejemplos son más bien históricos, pero en la actualidad hay muchos masones más que han reemplazado a los de aquel tiempo y las funciones que desempeñaban. Debido al secreto de silencio es difícil identificarlos, pero en diversos documentos van apareciendo diferentes nombres de obispos y cardenales identificados como masones o sospechosos de serlo. No podemos omitir a buena parte de los integrantes de las mafias Lavanda y San Galo, de los que hay información respecto a su pertenencia a la masonería.

Por otra parte, la masonería trabaja con diferentes nombres, algunos como organizaciones abiertamente masónicas y otras como instituciones asociadas. El Club de Leones (Rotary Club) es una de ellas. Jorge Mario Bergoglio es socio del Rotary Club[6] desde 1999, y es decididamente el papa más apreciado por la masonería internacional. Es bien conocido que los Clubes Rotarios o de Leones son una antesala de los grupos formales de la masonería. Allí seleccionan a sus candidatos para acceder a las Logias. Su relación con la masonería está fuera de duda. Ignoramos, desde luego, si Bergoglio ingresó formalmente a las logias o si avanzó dentro de la secta.

Sobre el reconocimiento a Bergoglio por parte de la Masonería, la nota de Infovaticana dice:

«Todos los masones del mundo se unen a la petición del Papa por "la fraternidad entre personas de distintas religiones"». El mensaje que los masones españoles han enviado a Francisco está realmente lleno de entusiasmo y agradecimiento…

Con objeto de enfatizar la importancia de los conceptos expresados por Francisco, la Gran Logia de España añade: «Las palabras del Papa demuestran lo lejos que está la actual Iglesia del contenido de Humanum genus (1884), la última gran condena católica a la masonería».

Claro que es muy apreciado por los masones. Hay una coincidencia extraordinaria de las propuestas de Francisco con las ideas masónicas de fraternidad y su propuesta de una iglesia universal, desprovista de fines sobrenaturales.

Además, hay un trabajo incesante por tratar de eliminar el estigma de la excomunión a los masones y para tratar de acercarlos a la iglesia, o más exactamente, para aproximar la Iglesia a la masonería. Desde la perspectiva de la ortodoxia católica ninguna comisión de diálogo con los masones puede existir. El único acercamiento útil sería para hacerles ver sus errores e invitarlos a regresar al rebaño del Pastor. Pero sería una acción evangelizadora, no de diálogo, porque éste implica negociación.

No hay tales valores comunes entre la Iglesia y la masonería. La beneficencia filantrópica donde el dar es más una forma de ganar prestigio, poder, o pagar menos impuestos, jamás se comparará con la caridad cristiana: un auténtico amor a los demás, por amor a Dios.

La sentencia del Magisterio de la Iglesia está dada: el catolicismo y la masonería son incompatibles de fondo. Cualquier católico que de su nombre a la masonería o les apoye queda excomulgado de forma automática

La masonería: secta satánica.

León XIII en su encíclica Humanum genus toma como referencia la obra de San Agustín, donde describe, analiza y compara la Ciudad de Dios y la ciudad de los hombres. La ciudad de Dios tiene como centro a Jesucristo y propone una sociedad conducida por la enseñanza evangélica. La ciudad de los hombres refleja a una sociedad pagana, en decadencia y en pecado. Alejados de Dios se convierte en la ciudad de Satanás.

En la representación de San Agustín son dos arquetipos que se oponen mutuamente, aunque en la vida terrenal frecuentemente sus límites se superponen.

Pero, expresado en forma clara y sintética la Ciudad de Dios está liderada por la verdadera Iglesia Católica, la ciudad de los hombres, por Satanás. Dice Gerardo García Juárez[7],

Sin disimular ya sus propósitos, la masonería lucha contra la majestad de Dios Padre revelado por Nuestro Señor Jesucristo; maquina abiertamente y en público la ruina de la Santa Iglesia Católica con el propósito de despojar, si pudiese, enteramente a los pueblos cristianos de los beneficios otorgados por Nuestro Señor Jesucristo con su Pasión, Muerte y Resurrección.

Su finalidad última es destruir a Cristo y a su Iglesia. Borrar y eliminar todo lo que a Dios se refiera. Es uno de los principales instrumentos del Mal para crear un nuevo mundo a la medida del Maligno.


[1] Juan Suárez Falcó. Obra citada.

[2] Jhon Vennari. La Instrucción Permanente de Alta Venta. En: https://pdfcoffee.com/alta-vendita-john-vennaridocx-4-pdf-free.html

[3] Paolo Siano. 10 de febrero de 2021. CORRISPONDENZA ROMANA. Fr Kurt Baresch (GLvÖ) y el diálogo Francmasonería-Iglesia 1968 1983-1999. En: https://www.corrispondenzaromana.it/br-kurt-baresch-glvo-e-il-dialogo-massoneria-chiesa-1968-1983-1999/

[4] Luis Rocha. 29 de noviembre de 2021. Luis Rocha. Política y Estilo. "Andrés Manuel López Obrador, sí es masón": Manuel Jiménez Guzmán. En: https://www.luisrochanoticias.com/post/andr%C3%A9s-manuel-l%C3%B3pez-obrador-s%C3%AD-es-mas%C3%B3n-manuel-jim%C3%A9nez-guzm%C3%A1n

[5] Masonería. ¿Qué es la lista Pecorelli? En: https://mensajerosdelavida.es/wp-content/uploads/publicaciones/LISTA-PECORELLI.pdf

[6] INFOVATICANA. 21 de enero de 2019. "Gracias Francisco". De "todos los masones del mundo". En: https://infovaticana.com/2019/01/21/gracias-francisco-de-todos-los-masones-del-mundo/

[7] Gerardo García Juárez. CATHOLIC.NET Los masones: lobos con piel de oveja. En: https://es.catholic.net/op/articulos/58729/los-masones-lobos-con-piel-de-oveja.html#modal