¡Despierta, católico! El lobo ya no está en el bosque, sino en el redil.

21.09.2024

APOLOGÉTICA


En estos tiempos oscuros, es nuestro deber alzar la voz con valentía. No podemos permitir que la fe de nuestros antepasados sea socavada por un falso ecumenismo que coloca a la verdad al mismo nivel que el error.

P. Fernando Albíter.

¡Despierta, católico! El lobo ya no está en el bosque, sino en el redil.

El 2024 marcó un momento de crisis para la fe católica cuando Bergoglio (Francisco)[1], durante un evento de “diálogo interreligioso” en Singapur, pronunció unas palabras que mostraron patentemente su pensamiento herético. En una declaración polémica, afirmó que “todas las religiones son caminos hacia Dios[2]”. Este hecho debe encender la indignación entre aquellos que, fieles a la Tradición de la Iglesia, comprendemos que esta afirmación socava el dogma de la unicidad de la Iglesia Católica como la única depositaria de la verdad y el único medio de salvación.

En el mundo moderno reinal el relativismo, por eso es imperativo que los católicos fieles nos levantemos para defender la verdad revelada por Cristo. Bien sabemos que fuera de la Iglesia Católica no hay salvación, esto no es una invención moderna ni una interpretación marginal. Es una verdad definida y proclamada de manera solemne por Papas, concilios y santos a lo largo de los siglos.

El dogma de la unicidad de la Iglesia.

La enseñanza de que solo en la Iglesia Católica existe salvación ha sido afirmada de manera contundente en numerosas ocasiones por el Magisterio de la Iglesia:

1. Concilio de Florencia (1442): En la bula Cantate Domino, el Concilio declaró: “La Santa Iglesia Romana firmemente cree, profesa y predica que nadie que no esté dentro de la Iglesia Católica, no solo paganos, sino también judíos, herejes y cismáticos, pueden participar de la vida eterna, sino que irán al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles”.

2. Concilio de Trento (1545-1563): Reafirmó la necesidad de pertenecer a la Iglesia para la salvación y condenó los errores de las sectas protestantes.

3. Papa Pío IX - Encíclica Quanta Cura (1864): Condenó el error del indiferentismo religioso y la creencia de que cualquier religión puede conducir a la salvación. En su apéndice, el Syllabus Errorum, refutó la idea de que “cada hombre es libre para abrazar y profesar aquella religión que, guiado por la luz de la razón, considere verdadera”.

4. Papa Pío XII - Encíclica Mystici Corporis Christi (1943): Enseñó que solo los que están unidos a la Iglesia Católica forman parte del Cuerpo Místico de Cristo, reafirmando que fuera de la Iglesia no hay salvación.

La herejía del relativismo religioso.

A la luz de estas enseñanzas, es imposible no ver las declaraciones de Bergoglio como una ruptura con la doctrina tradicional. Al afirmar que todas las religiones son caminos hacia Dios, Bergoglio define claramente su postura relativista, anticatólica, defendiendo el indiferentismo religioso que la Iglesia ha condenado siempre. Cristo mismo declaró: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí[3]. Sin embargo, Bergoglio abre la puerta a la idea de que cualquier camino es válido, negando así la necesidad de la Iglesia Católica como el único medio de salvación.

Este relativismo religioso ya ha sido condenado por santos y teólogos. Santo Tomás de Aquino nos advirtió claramente contra la tentación de diluir la fe para hacerla más aceptable a los ojos del mundo: “Dado que el fin último de la salvación no puede ser alcanzado fuera de la Iglesia, todo hombre, para alcanzar la vida eterna, debe pertenecer al Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia[4]”. La verdad no es negociable. La Iglesia no es un supermercado de creencias donde cada uno escoge lo que le agrada. Es la única barca de salvación, instituida por Cristo mismo.

Exhortación a la defensa de la fe.

En estos tiempos oscuros, es nuestro deber alzar la voz con valentía. No podemos permitir que la fe de nuestros antepasados sea socavada por un falso ecumenismo que coloca a la verdad al mismo nivel que el error. San Pío X, en su encíclica Pascendi Dominici Gregis, denunció a los modernistas que intentan adaptar la fe a las modas del mundo. Hoy, ese mismo espíritu de modernismo se manifiesta en las palabras de Bergoglio.

Católico, despierta. La herejía ha llegado hasta la misma cátedra de Pedro. No podemos callar mientras el lobo traiciona la verdad eterna de Cristo. Defendamos con todas nuestras fuerzas el dogma de la salvación exclusiva en la Iglesia Católica. Que no nos avergüence proclamar la verdad: fuera de la Iglesia no hay salvación. Este es el momento de los valientes, el tiempo de los fieles que, como San Atanasio en la época arriana, se levanten para defender la verdad cuando todos los demás caen en el error.

A los que tiemblan ante la gravedad de la situación actual, les recordamos las palabras del Apóstol: “Sed firmes, inquebrantables, creciendo siempre en la obra del Señor[5]”. Nuestro deber es claro. Debemos defender la fe católica, pura y sin concesiones, ante cualquier ataque, venga de donde venga, incluso del mismo Vaticano. ¡Por Cristo y su Iglesia, luchemos sin miedo!

P. Fernando Albíter.

[1] https://www.vaticannews.va/en/pope/news/2024-09/pope-calls-singapore-youth-unity-during-interreligous-dialogue1.html

[2] https://cathnews.com/2024/09/16/all-religions-are-a-path-to-god-pope

[3] Jn. XIV, 6.

[4] Suma Teológica, III, q. 8, a.3.

[5] I Cor. XV, 58.